1.
El conocimiento es la fuente más democrática de poder.
Alvin
Toffler es consciente de que la era en la que vivimos regida por el saber y por
el conocimiento. De ahí la enorme responsabilidad que supone ejercer profesiones
como las de docente, porque buena parte de los conocimientos de los alumnos
procederán de lo que les enseñean o, mejor dicho, de los que les enseñemos a
hacer, de lo que les enseñemos a ser.
Hay
quienes piensan que el dinero es el elemento igualador de una sociedad. Tal vez
estén en lo cierto. Pero no es el dinero lo que iguala o democratiza una
sociedad. Como afirma Alvin Toffler, es la cultura, es el saber lo que iguala
los pueblos, lo que les hace más democráticos y, por ende, más críticos y más
libres. Muchas veces se escucha la expresión libertad económica. ¿Y por qué no pensar en una libertad
cognitiva?
2.
Formular la pregunta correcta es más importante que dar la respuesta correcta a
una pregunta equivocada.
Los
profesores, en muchas ocasiones tienen la percepción de que su trabajo consiste
en ofrecer respuestas a los alumnos a través de lo que les enseñan. Y es así,
en parte. Y lo es en parte, porque a los alumnos no hay que prepararlos sólo
para que den o tengan respuestas. Hay que prepararlos para que sean capaces de
elaborar las mejores preguntas; porque detrás de una buena pregunta siempre hay
un pensamiento crítico, una reflexión, la comprensión de un concepto, idea o
procedimiento.
3.
Se debe pensar en cosas grandes mientras estemos haciendo cosas pequeñas, de
modo que todas las pequeñas cosas vayan en la misma dirección.
Es
una cita maravillosa de Alvin Toffler. Hoy más que nunca en una sociedad
infoxicada es necesario centrarse en pequeños objetivos que nos permitan alcanzar
metas. Esta reflexión se puede aplicar perfectamente a una sesión de clase. Y
nonos referimos a la programación de un curso académico. Estamos hablando de
algo mucho más ambicioso y que se centra en trabajar en el alumno para que
aprenda no sólo a saber, sino que como se ha dicho anteriormente, también
aprenda a hacer y a ser. ¿Cómo? El
aprendizaje cooperativo es una excelente oportunidad para conseguirlo, junto
con las denominadas dinámicas de grupos, por ejemplo.
4.
Hay que clausurar las escuelas.
Esta
frase de Alvin Toffler posiblemente sea una de sus frases más polémicas. Ello
se debe en parte a que se ha sacado en muchas ocasiones fuera de contexto. Es
más, muchos docentes se han sentido ofendidos por tal afirmación. Alvin Toffler siempre defendió la labor del docente en el aula y en la
sociedad. Es más, una de las hermanas de Alvin Toffler es maestra. Esta frase
no carga contra los docentes, sino que carga contra un sistema educativo que en
palabras de Alvin Toffler está
embalsamado, es unidireccional y se inspira en la era industrial.
5.
El futuro será para aquellos que desarrollen competencias de pensamiento
crítico.
Otra
gran reflexión de Alvin Toffler que resume buena parte del concepto que tiene
sobre la Educación actual. Uno de los grandes retos a los que se enfrenta un
profesor no tiene que ver con lo que enseña, sino en cómo lo enseña. De lo que
se trata es de enseñar a los alumnos a tomar decisiones, no a acumular
definiciones o listas de conceptos. Si un profesor es capaz de enseñar a sus
alumnos a tomar decisiones, conseguirá que sus alumnos aumenten su autoestima y
su auto concepto aspectos muy ligados, por otra parte, a la inteligencia
emocional.
6.
La sociedad necesita a todo tipo de competencias que necesariamente no son
cognitivas, son emocionales, son afectivas. No se crean las grandes sociedades únicamente
sobre datos.
Alvin
Tofller es plenamente consciente de que hay dos tipos de inteligencia: la
inteligencia intelectual y la inteligencia emocional. Desgraciadamente, la
escuela del siglo XXI se está centrando principalmente en la inteligencia
intelectual, la inteligencia de la memorización, de la acumulación de fechas y
datos. Y esto es un gran error.
Cuanto
más descompensada esté la escuela en cuanto a inteligencia y a emociones, más
difícil será formar a personas empáticas, resilientes y con un auto concepto
válido de sí mismos. Cambiando los datos por las emociones, cambiando los
conceptos por la empatía se conseguirá tener alumnos que sean capaces de
confiar en sí mismos, que sean capaces de tomar decisiones que serán clave para
él en un futuro no muy lejano.
7.
Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer o escribir,
sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender.
He
dejado para el final la que es, sin duda, la frase más célebre de Alvin
Toffler. Una frase a la que debemos recurrir una y otra vez porque encierra en
sí misma la clave de la sociedad del siglo XXI. Una sociedad en la que ya no cabe sólo aprender,
sino que se hace indispensable desaprender no para volver a aprender, sino para
reaprender y adaptarse a los vertiginosos cambios que la revolución digital exige cada vez más a la sociedad actual.
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