jueves, 24 de mayo de 2018

Reflexión sobre las pruebas PISA




Este texto se refiere a los resultados de la prueba PISA 2009 (con mención a las anteriores: 2000, 2003, 2006). Varias de estas conclusiones se repiten en informes posteriores de PISA. No obstante, sus recomendaciones siguen sin tenerse en cuenta en los países.
La prueba escolar PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, de la OCDE - Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) es una prueba de 2 horas de duración que se viene aplicando cada tres años, desde el año 2000, a estudiantes de 15 años de edad para medir competencias en tres áreas: lectura, matemáticas y ciencias. Se aplica a jóvenes de 15 años considerándose que a esa edad están próximos a concluir la educación establecida como obligatoria en la mayoría de países de la OCDE.
La prueba está diseñada en principio para los países miembros de la OCDE y ha venido ampliándose a países no miembros. (Chile y México son, en América Latina, los únicos países miembros de la OCDE).Los resultados de la prueba aplicada en 2009 reiteraron fundamentalmente lo que ya sabíamos por anteriores pruebas PISA - excepto por un tema nuevo, la lectura digital - así como por otros estudios y otras pruebas aplicadas a alumnos en sistemas escolares a nivel nacional, regional e internacional. 65 países participaron en PISA 2009, 10 de ellos de América Latina y el Caribe: Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, México, Panamá, Perú, Trinidad y Tobago, y Uruguay.
El énfasis de PISA 2009 fue la lectura. La competencia de lectura digital se midió en 19 países: 16 de la OCDE (Australia, Austria, Irlanda, Bélgica, Chile, Dinamarca, Francia, Hungría, Islandia, Japón, Corea, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, España y Suecia) y 3 países no OCDE (Colombia, Hong Kong-China y Macao). Los dos países latinoamericanos - Chile y Colombia - se ubicaron en los dos últimos lugares.

Corea del Sur y Finlandia se ubicaron en los dos primeros lugares de la prueba, seguidas de Hong Kong-China, Singapur, Canadá, Nueva Zelanda y Japón. La provincia de Shanghai, en China, participó por primera vez en PISA y obtuvo el puntaje más alto en lectura, así como en matemáticas y ciencias.
Seis grandes conclusiones se derivaron de PISA 2009:
1. La pieza clave de la calidad de la educación en el medio escolar continúan siendo los maestros
"Ningún sistema educativo puede superar la calidad de sus maestros", concluía en 2008 el Informe McKinsey - “Cómo hicieron los sistemas educativos con mejor desempeño del mundo para alcanzar sus objetivos” - tomando como base los resultados de PISA, y recomendaba al respecto: conseguir a las personas más aptas para ejercer la docencia; desarrollarlas hasta convertirlas en docentes eficientes; y garantizar que el sistema sea capaz de brindar la mejor educación posible a todos los estudiantes.
2. Más inversión en educación no asegura mejor educación
Sabemos hace mucho que la solución a los problemas escolares no pasa solo ni necesariamente por más dinero y que esto es cierto tanto para los países pobres como para los ricos. Los resultados de PISA confirman que (a) los recursos financieros son condición necesaria, pero no suficiente, para lograr un buen sistema escolar; (b) no importa solo cuánto, sino sobre todo en qué y cómo se gasta. (Agrego, por mi parte: importa también de dónde provienen los dineros: aporte de las familias, fondos previsionales, endeudamiento externo, empresa privada, multinacionales, explotación de reservas naturales, etc.).

Según se desprende de PISA, apenas un 20% de los resultados guarda relación con la cantidad de dinero invertido en la educación escolar. Países con presupuestos educativos más altos no son necesariamente los mejor ubicados en los ránkings elaborados a partir de dichas pruebas. Estados Unidos invierte mucho más por alumno que varios de los países con los que compite y que se ubican en los primeros lugares en las pruebas internacionales, notablemente en matemáticas. México es el país que más invierte en educación entre los países que integran la OCDE y se ubica a la cola por sus resultados en dichas pruebas. Los indicadores tradicionales "% del PBI destinado a la educación" o "gasto por alumno" son por ende insuficientes y engañosos; requieren acompañarse de otros indicadores que den cuenta de la eficiencia, la calidad, la pertinencia y la transparencia del gasto.
"El dinero por sí solo no puede comprar un buen sistema educativo. Los países y economías que mejor rendimiento tienen son aquellos que creen – y actúan en consecuencia – que todos los chicos pueden tener éxito en la escuela. Entre las economías más fuertes, aquéllas que priorizan la calidad de los profesores sobre el tamaño más pequeño de las clases tienden a obtener mejor rendimiento. Respecto al dinero y la educación la pregunta no es ¿cuánto? sino ¿para qué?".
3. Más tiempo dedicado a la enseñanza no garantiza mejores resultados escolares
Hay países con calendarios y jornadas escolares extensas que obtienen resultados más bajos en las pruebas que otros con calendarios y jornadas más cortos. Finlandia es el país con menos horas de clase entre los "países desarrollados" y el que mejores puntajes obtiene históricamente en PISA, muy por encima de España, con más horas de clase al año. México es el país que más tiempo escolar desperdicia entre los países de la OCDE. Asimismo, más años de escolaridad no aseguran necesariamente mejores niveles de conocimiento de la población, como lo muestra claramente el caso de México.

Un país con más altos niveles de escolaridad, en definitiva, no necesariamente es "más educado". Lo que importa es para qué, en qué, dónde y cómo se usa el tiempo y no meramente cuánto (duración de la clase, de la jornada escolar, del año escolar, de años de escolaridad, etc.). Por otra parte, acceder a educación preescolar aparece en general asociado a mejores resultados en las pruebas, especialmente en lectura, pero no cualquier educación preescolar sirve: su calidad es fundamental.
Queda confirmado asimismo que la repetición escolar es inútil como estrategia para asegurar el aprendizaje y muy costosa para los sistemas escolares y los países.
4. Incrementar los salarios docentes parece tener impacto positivo
Los países que avanzaron en los puntajes desde la anterior prueba PISA tienen en común el haber incrementado los salarios docentes, junto con mayor atención dedicada a la situación general de los docentes, incluidos sus saberes y su satisfacción laboral. Incrementar los salarios docentes parece ser más eficaz que reducir el número de alumnos por clase (no obstante, como es obvio, "el tamaño de la clase parece ser más importante en los primeros años de escolarización que a los 15 años").
5. La condición socioeconómica de los alumnos es el factor que más incide en sus resultados escolares
Los bajos resultados coinciden en gran medida con factores como el ingreso familiar y el nivel educativo de los padres, mostrando así el impacto intergeneracional de la pobreza y de la educación y, por ende, la necesidad de:
(a) intervenciones integrales, que no se limiten a la política educativa-escolar sino que apunten a mejorar las condiciones de vida de las familias y de toda la sociedad; y (b) asumir de manera integrada la educación de niños, jóvenes y adultos dentro y fuera del sistema escolar y a lo largo de la vida.

6. Los problemas de la lectura impresa se arrastran a la lectura en pantalla. Los jóvenes leen mejor en el papel. La navegación y la lectura digital muestran serias debilidades incluso en países donde los jóvenes de 15 años tienen acceso a computadora e Internet tanto en el colegio como en el hogar
La mayoría (94%) de los estudiantes en los países de la OCDE tiene computadora en su casa. Corea del Sur obtuvo los mejores puntajes, tanto en lectura impresa como en lectura digital. Los países europeos, incluidos los nórdicos que han tenido siempre resultados destacados en PISA, aparecieron rezagados en este campo.
En la mayoría de países, los jóvenes leen mejor los textos impresos que en la pantalla. Los problemas de compresión lectora en el mundo impreso se extienden al mundo digital. Tener computadora e internet en el hogar contribuye a un mejor manejo de estas herramientas y a una mejor competencia en lectura digital que cuando el acceso se da en el colegio. En definitiva: las condiciones para aprender a usar la TIC y para usarlas efectivamente son mejores en el hogar que en la escuela. Muchos factores deben sin duda explicar este hecho. No obstante, los gobiernos se están esmerando y apurando en dotar computadoras e internet a las escuelas, sin pensarlo dos veces; ¿cuántos países están optando por facilitar el acceso en el hogar, para uso de los estudiantes y de toda la familia?
El uso frecuente de la computadora (todos los días), tanto en la escuela como en el hogar, no aparece asociado a mejores resultados sino al contrario; tanto el exceso en el uso como el no uso tienen, en definitiva, impactos negativos. Las mujeres están mejor posicionadas que los hombres. En la última década ha bajado el porcentaje de jóvenes de 15 años que leen por placer (de 69% en 2000 a 64% en 2009). En general, las dos últimas pruebas PISA (2006 y 2009) no muestran una correlación entre uso de tecnologías y mayor aprendizaje.
Cabe entonces preguntarse y volver a preguntar:
¿Para qué seguir haciendo estudios y evaluaciones que reiteran periódicamente lo que ya sabemos (salvo la novedad de la lectura digital)?. Y, sobre todo, ¿para qué si - como es usualmente el caso - las conclusiones y las recomendaciones que se derivan de dichos estudios y evaluaciones quedan en letra muerta, se ignoran o bien se interpretan de manera antojadiza o parcial y hasta se aplican al revés (claramente, el caso de España), retocando la inercia y quedando como principal preocupación de los gobiernos subir a como dé lugar puntajes y ránkings en la próxima prueba, asumiendo que allí se juega todo y que en eso consiste el "mejorar la calidad de la educación"?  
La tan mentada necesidad de políticas "basadas en evidencia" no se lleva a la práctica, no por falta de evidencia, sino por sobra de los mismos problemas estructurales: la desestimación del valor de la información y el conocimiento para la toma de decisiones y la gestión a todos los niveles; el divorcio entre investigación-evaluación y diseño de políticas; la falta de voluntad político-técnica y de responsabilidad social de quienes toman tales decisiones; las debilidades de una academia y de un periodismo investigativo y crítico capaz de comprender y acercar a la ciudadanía los resultados de estudios y evaluaciones fundamentadas; y el desinterés de una ciudadanía que sigue asumiendo "las políticas" como reino de expertos y de cúpulas, y que no activa su derecho ciudadano para informarse adecuadamente y para exigir otra clase de políticos, de políticas, de académicos y de medios de información.
NOTA: A las mismas o similares conclusiones llega el estudio de The Economist (“The Learning Curve: Lessons in Country Performance in Education”, Nov. 2012), el cual compara resultados escolares de 40 países del mundo. En este análisis comparativo (que toma en cuenta los resultados de PISA y otras pruebas internacionales como TIMSS y PIRLS, además de la tasa de alfabetismo y la tasa de graduación de la educación secundaria), prácticamente no hay novedades: Finlandia aparece en primer lugar, seguida de Corea del Sur y de Hong Kong, mientras los cinco países latinoamericanos incluidos en el análisis (Brasil, México, Colombia, Argentina, Chile) se ubican a la cola.

martes, 22 de mayo de 2018

Las emociones humanas son 27 (por lo menos), según nuevo estudio[1]


 Las emociones humanas pueden definirse como la reacción subjetiva a estímulos experienciales marcados por factores físicos y externos. Podrían describirse, en otras palabras, como las respuestas que tenemos con miles de términos semánticos frente a lo que nos pasa en el día a día –desde un recuerdo hasta un beso–, teniendo en cuenta nuestras condiciones primitivas, evolutivas, culturales y personales.
Desde Charles Darwin la ciencia se ha empeñado en entender su mecanismo, pero en las últimas cinco décadas, según recoge la Asociación Americana de Psicología, se ha logrado comprender, por ejemplo, que las emociones son la base de la motivación humana y que el lugar donde se reflejan es el rostro. Por medio de estudios de universalidad, se demostró que se dan por igual en todos, más allá del nivel académico, condiciones médicas o del contexto cultural; y que se producen espontáneamente. Incluso hay emociones compartidas con ciertos animales.
Estos hallazgos, dicen los psicólogos americanos, son impresionantes porque han sido hechos por investigadores de todo el mundo, en diferentes laboratorios, con diversas metodologías, teniendo en cuenta muchas culturas diferentes, y todos han coincidido en que hay siete emociones universales, que se manifiestan en expresiones faciales claras: enojo, desprecio, disgusto, miedo, alegría, tristeza y sorpresa.
Una nueva visión
Otras investigaciones apuntan más alto y aseguran que el espectro emocional no se limita exclusivamente a esas siete variantes. En concreto, un estudio reciente de científicos de la Universidad de California (Estados Unidos) señala que hay 27 categorías distintas de emociones, todas interconectadas. La investigación fue publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences y analizó las respuestas que más de 800 personas tuvieron luego de ver más de 2.000 videos emocionalmente llamativos, muchos de ellos virales o populares en internet.
Se partió desde la base de que el conjunto de estados emocionales capturados en estudios anteriores es demasiado estrecho para generalizar, a priori, la rica variedad de experiencias emocionales que las personas pueden vivir. En ese sentido, los autores apuntan que hay grupos o familias de emociones definidos por etiquetas prototípicas. Es decir que, por ejemplo, el enojo puede contener estados estrechamente relacionados, como irritación, frustración y rabia, que ocurren en situaciones similares. Pero esos estados no son islas, es decir, no se manifiestan en solitario, sino que se pueden vincular, a su vez, con distintos grupos emocionales.
Cómo fue el experimento
Dicho esto, se establecieron 34 categorías de emociones teniendo en cuenta la literatura científica previa: investigaciones sobre emociones positivas, como asombro, alegría, amor, deseo y emoción, e incluso las observaciones de Darwin sobre estados emocionales.

Luego se escogieron 2.185 videos cortos, de aproximadamente cinco segundos, que se recopilaron al consultar los motores de búsqueda y los sitios web de agregación de contenido y muestran una variedad de situaciones emocionales. “Los videos retrataron una gama excepcionalmente amplia de situaciones psicológicamente significativas, que incluyen nacimientos y bebés, bodas y propuestas, sufrimiento y muerte, arañas y serpientes, animales entrañables, ballenas y elefantes, arte y arquitectura, belleza natural y maravillas, desastres naturales, explosiones y guerra, heces y vómitos, reyertas físicas, actos sexuales, celebridades respetadas y odiadas, películas nostálgicas, apretones de manos incómodos, comida deliciosa, baile, deportes, accidentes y visitas de cierre, cirugías, acrobacias arriesgadas, soldados regresando a casa y muchos otros”, puntualiza el estudio.
Los participantes en el estudio debían ver al menos 30 de estos videos y después entregar sus juicios de estados emocionales provocados por cada pieza. Para esto se hicieron tres grupos: uno daba interpretaciones de respuesta libre, otro los calificó en términos del grado en que los hizo sentir y el último los ubicó de 1 a 12 en una escala de dimensiones afectivas. “Encontramos –gracias a un vasto proceso estadístico– que el 75 por ciento de los videos suscitó una concordancia significativa para al menos una categoría de emociones en los participantes”, menciona la publicación.
“No solo encontramos evidencia de variedades tradicionalmente poco estudiadas de emoción positiva, como la excitación, sino también las diferencias entre estados matizados, como las distinciones entre el amor romántico y el deseo sexual, interés y sorpresa, horror y miedo, y apreciación estética o belleza y sentimientos de asombro”, agrega el estudio liderado por Dacher Keltner, profesor y experto en la ciencia de las emociones.
Al final, las 27 categorías resultantes fueron admiración, adoración, apreciación estética, regocijo, ansiedad, asombro, incomodidad, aburrimiento, júbilo, calma, confusión, antojo, indignación, dolor rotundo, embelesamiento, envidia, excitación, temor, terror, interés, disfrute, nostalgia, romance, tristeza, satisfacción, deseo sexual y compasión.
El mapa que se construyó
Los investigadores crearon este mapa multidimensional, interactivo que revela que las 27 emociones están interconectadas. Allí se pueden apreciar los videos que incluyeron en el experimento y las reacciones a cada uno. Para verlo, haga clic aquí.
Cómo funcionan las emociones
Los seres humanos tenemos una especie de casa de máquinas en el cerebro llamada la amígdala cerebral, que forma parte de la estructura más antigua de este órgano. Esta tiene la particularidad de recibir la información de los sentidos para convertirla, con múltiples conexiones y teniendo en cuenta aspectos como la evolución, la crianza, la cultura, la genética y las experiencias, en percepciones. Dichas percepciones, que inicialmente surgen a modo de defensa, generan reacciones a todo nivel y es lo que se conoce como emociones.
Con la evolución, los humanos transformaron esas reacciones primitivas en respuestas con identidad marcadas por cada individuo. Por ejemplo, el temor, que pudo ser un mecanismo de defensa, se puede deslizar hacia el odio, que es un rechazo construido por la corteza superior del cerebro a partir de información personal.

Carlos F. Fernández, asesor médico, asegura en ese sentido que las emociones pueden ser muchas más que las 27 descritas en el estudio, porque una persona puede responder con amor y con odio al mismo estímulo, cambiar sus estados o hacerlos pasajeros. “Las emociones son tantas como la persona necesita para sobrevivir”, concluye.
Cómo regular las emociones
Las emociones, como se dijo, surgen de factores biológicos, psicológicos y sociales, de la estructura de la personalidad y de las normas culturales de cada individuo. Son, en esencia, una manifestación de la vida de cada persona; por eso, hay quienes son más sensibles a ellas, explica Danelia Cardona, colombiana miembro del Colegio Real de Psiquiatras de Inglaterra. Las personas más sensibles son, por ende, más susceptibles a tener problemas para regular sus emociones, lo que se traduce en reacciones primarias, dificultad para reflexionar y tener una emocionalidad más alta de lo común. Es decir, responder de forma no propiamente sana a ciertos estímulos. Para ellas, la especialista recomienda una intervención enfocada en procesos de pensamiento que permita reflexionar si determinada reacción es meritoria del estímulo que la causa.
Un consejo simple es hacer una pausa y pensar si la manera como se reacciona está siendo constructiva. “Esto no quiere decir que no se deban expresar las emociones, sino que hay que medirlas para que no hagan daño y más bien sirvan para conocernos a nosotros mismos”, apunta.


[1] Ronny Suárez 22/05/2018